Nuestro dilatado fin de semana de clubbing por Madrid concluiría con la visita a la sala Repubik, todo un referente en la noche madrileña. En su interior podemos disfrutar eventos de todo tipo, desde conciertos en directo hasta sesiones de música electrónica. La nueva propuesta para las tardes de los domingos se llama XYZ. Bajo esta peculiar denominación (un sistema de coordenadas), se esconde una programación semanal que tiene como discurso principal el techno más underground. El primer día de este mes vino el francés Zadig como maestro de ceremonias para la apertura de estos conclaves domingueros. Según nos cuentan, todo un éxito.
Así pues, el pasado 15 de noviembre supuso la tercera edición de XYZ, y parte del equipo de Grow Sound nos desplazamos hasta el corazón de la capital para contároslo. El menú no podía ser más apetitoso: los residentes Nonen, Xcire y Pelacha (colectivo Techno Cracks!), y uno de los puntales del techno más vanguardista y evolucionado del momento, el incomparable Xhin, miembro de sellos discográficos tan importantes como CLR o Stroboscopic Artefacts. Un magnífico productor que a estas alturas no necesita presentación. Los horarios de apertura y cierre del club oscilarían entre las cinco de la tarde y la una de la noche, por lo que muchos asistentes se lo tomaron como un after de categoría.
El emplazamiento del local, cerca de Gran Vía, más concretamente en la calle Puebla, es de auténtico privilegio. Además, se encuadra dentro de uno de los centros de ocio rehabilitados más concurridos de Madrid, conocido como TriBall, donde también podemos encontrar otras salas de renombre como Ya’sta, Angst o Warehouse. Si se observa el aspecto que presentan sus puertas, podemos hacernos una idea de cómo será el interior. Bajando las escaleras, nos encontramos con un club al que se le nota el paso de los años. Sin embargo, su fisionomía pesada e industrial lo convierte en un escenario ideal para disfrutar del género musical nacido en Detroit, la ciudad del motor.
El equipo de sonido cuenta con cuatro altavoces de considerables dimensiones bien repartidos sobre el área cuadrada correspondiente a la pista de baile, de escasas dimensiones. De hecho, el aforo máximo es de 200 personas, y aunque no se vendería ni media entrada, el ambiente fue inmejorable, propio de las pequeñas discotecas de la capital. El elemento que termina de redondear el sonido es un gigantesco subgrave situado bajo la cabina, aportándole un empuje notable a las bajas frecuencias. Iluminación mínima y varios ventiladores colgados del techo terminan por completar una escenografía muy adecuada para este tipo de eventos.
Serían poco más tarde de las ocho de la noche cuando conseguimos acceder, y para nuestra sorpresa, el mismísimo Xhin ya se encontraba al mando de la nave, y digo esto porque lo esperábamos ver un poco más tarde, incluso para el cierre. Algunos asistentes nos aseguraron que acababa de empezar, así que dejamos nuestros abrigos rápidamente en el ropero de pago (hacía bastante calor) y nos pusimos bien ligeros para dejarnos agitar por la música del singapurense. Primer tramo de sesión bastante llevadero y convencional para lo que nos tiene acostumbrados, poniendo varios temas de éxito conocidos. Eso sí, mezclado de forma magistral, añadiendo todo tipo de matices personales, tocando la mesa como una máquina de escribir. Poco a poco fue oscureciendo su repertorio hasta alcanzar sus momentos más álgidos hacia el final de su actuación, sacudiéndonos con sus bombos pesados y atmósferas punzantes, creando ciclos caóticos, perfectamente controlados. Más de dos horas de set que se nos pasaron volando, en las que demostró ser uno de los artistas más productivos y singulares de la escena actual.
El encargado de cerrar el festejo fue el emergente Nonen, un prematuro DJ de la nueva escuela, de aspecto contemporáneo centroeuropeo: indumentaria hípster, gafas grandes de pasta, tatuajes, piercings, extensiones, y un peinado impecable. Al joven aún le queda mucho por aprender, aunque no tenemos que añadir ningún “pero” a su gusto musical: techno de gama alta, recio y contundente, muy bien seleccionado para una noche tan especial como ésta. No todos los días va a compartir cabina con alguien como Xhin. Poco antes de la una de la mañana se encendieron las luces y se apagaron los discos. Nos quedamos con las ganas de ver a Pelacha, una de las pinchadiscos más aclamadas de Madrid. Seguiremos sin saber por qué…
Fantástica experiencia nuestro paso por Republik, poniendo así la guinda al pastel de un lucrativo fin de semana por la capital del país, donde pudimos disfrutar de varios eventos de diversa índole, con buena música electrónica como banda sonora. Algo casi impensable por el sur de la península. Agradecemos enormemente las facilidades por parte de los organizadores de XYZ, a quienes les deseamos la mejor de las suertes para los próximos acontecimientos y les animamos a que continúen en esta línea, pues la fiesta que les salió el pasado domingo estuvo genial.
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