La capital del infierno, el paraíso perdido, reunión de demonios…Connotaciones que leídas sobre la marcha derivan en alguna enajenación mental pero que entrelazadas dentro del contexto musical las podemos resumir en una sola: PANDEMONIUM. Toda una eminencia dentro de la escuela hardcoriana, los chicos de la promotora Cyndium se han ganado el respeto dentro de la escena a base de propuestas de calidad y contundencia.

En esta 14º edición, la última en el estratosférico complejo de Sporthallen Zuid, situado al sur de la ciudad de Amsterdam, el elenco de artistas para la cita era de estrella Michelin 3 estrellas: siempre mirando al presente y al futuro con ritmos cada vez más acelerados y con graves más cortantes pero sin dejar atrás el hardcore que nos vio nacer y que nos educó, prueba de ello fue que los escenarios principales eran de esta vertiente específica.

Puestos ya en materia, en ese sábado 1 de Diciembre de noche lluviosa nos desplazamos yo y mi compañero de batallas Pablo Ortega (ver sus reportajes) a la ciudad de Lucifer. El fin de semana había sido intenso, y lo que nos aguardaba sólo era soportable para auténticos ironmans musicales. Las ganas de graves contundentes eran muy pero que muy intensas, y buena parte del trabajo que desempeño pudiendo transmitir en palabras emocionales las experiencias que vivo es gracias a las flexibilidades dadas por mi jefe laboral, una persona de sangre peruana pero de corazón español y que lleva unos años afincado por la tierra de los tulipanes, un Señor propiamente dicho.

Las últimas entradas habían volado desde hacía 3 semanas y eso se notó en nuestra entrada al recinto, eran la 1 de la madrugada, hora punta y tras unos pequeños minutos de “atasco” pudimos dejar nuestras pertenencias en un locker y ponernos manos a la masa. Como ya indicamos el festival se celebró en el majestuoso Sportthallen Zuid, la distribución de los 6 stages era cómoda y fácil de ir de un área a otra. Además la seguridad privada puesta por la organización era elevada por lo que ante cualquier duda siempre había alguien que nos podía solucionar cualquier duda.

Nos dirigimos directamente al Área 2 también llamada Paradox donde los seres infernales traídos directamente del mundo apocalíptico nos ofrecerían unos sonidos propios del Millenium Hardcore, es decir, el hardcore que se escuchaba hace unos 15-10 años. La zona era rectangular, aun siendo sold out,no era demasiado masificada por lo que se podía bailar sin problemas. Lo más característico de esta puerta del infierno era la majestuosa cabeza de Satanás dispuesta justo en la zona de los djs. Imponía cuando las luces bajaban su luminosidad y se proyectaban los ojos de esta criatura. Pudimos degustar los últimos compases del duo Endymion vs. Nosferatu, y sin tiempo a la pausa pudimos ver el inicio de la pareja formada por Evil Activities vs. Korsakoff. Ya pudimos disfrutar de su enérgico set en el Dominator pero está vez quizás pecaron de muchas bajadas, esas continuas paradas no hacían otra cosa más que alargar, sin conseguir, el poder coger el ritmo a esta batalla avérnica. Por lo que decidimos explorar otros lugares en búsqueda de otras criaturas del Dante.

Pusimos pie en al Área 1, la zona principal donde una majestuosa criatura nos daba la bienvenida. La organización se había trabajado muy mucho el atrezzo de esta zona, como si de cual apocalipsis estuviese en marcha. Una imponente figura de un demonio emplumado también llamado Anzu Wyliei o coloquialmente como un dinosaurio con forma de pollo endemoniado nos daba el permiso para danzar en la pista de baile. Los djs estaban en una especie de jaula y en el techo esta criatura tenía capturados a diferentes seres los cuales serían su comida en próximas sobremesas.

El quinteto formado por Dano vs. Sequence & Ominous vs. Miss Zelda vs. Cek estaba dando por doquier zapatilla de la antigua, early hardcore o su defecto el antiguo sonido gabber,que por Rotterdam vio nacer. Fue una explosión de temas melódicos sin ninguno momento para el descanso y cada vez más rápidos y sin tregua. Además el sound system acompañaba y la simbiosis con estas melodías aceleradas fue satisfactoria.

Sin tiempo para el descanso nos dirigimos de nuevo al área 2 donde vino uno de los platos fuertes de la noche hizo acto de presencia: El holandés Catscan se puso manos en la masa y repartió un set de los que hacen época: contundente, no muy acelerado, pudiendo masticarlo y degustarlo y sin ningún tipo de momento para el respiro. El grave se notaba que estaba perfectamente perfilado y puesto a tono y cada track era una maravilla sonora, difícilmente superable. Uno de los pioneros del mítico Thunderdome de nuevo y no sé cuantas veces, se había superado.

Para esas horas de la madrugada, las 4 de la mañana, en el averno hardcoriano todas las criaturas danzaban sin miedo a ser castigadas con irse al cielo por lo que pusimos rumbo a inspeccionar todo el complejo. Fuimos testigos de que lo más profundo del infierno era el área 3 donde el run run del uptempo hardcore repartía auténtica metralla demencial. Además la temperatura era propia de las mejores saunas del lugar del príncipe de las tinieblas, y visto así tenía su lógica. Esta vertiente del hardcore siempre se ha caracterizado por ser de lo más agresiva que puedes escuchar, ¿porque no ponerse en situación bailando a temperaturas más propias de la sabana de las tinieblas que de los jardines del Edén? El trío formado por DRS vs. MBK vs. NSD repartió y de lo lindo, bombo cortante cristalizado, ideal para destruir neuronas y que tan al alza está en los festivales hardcorianos y que tanto seguimos, pero mirando a nuestra salud física, antes de caer desmayados, fuimos al área 5 donde, para volvernos totalmente locos, disfrutamos de artillería que sólo es escuchable para auténticos seres endemoniados: los italianos The Destroyer (valga la redundancia) nos deleitaron con un Live de speedcore & terror por lo que la velocidad de los bpms se puso en niveles de carrera de 100 metros y nuestros niveles de ácido láctico se pusieron en mínimo. Un Live sin tregua ninguna, el poder moverte al ritmo de lo que nos proponían era más que ardua tarea.

Nuestras zapatillas echaban humo y nos fuimos de nuevo al área 2, sabíamos lo que nos íbamos a encontrar y no nos equivocamos: el dúo formado por la banda de italianos Stunned Guys y Tommyknocker nos transportó al climax, un set de los que dejan huella, demostraron veteranía tiraron de su manual de clásicos; temas como el Thrillseeka hicieron acto de presencia. En nuestra opinión fue el momento en el que el sound system mejor ecualizado estuvo y todo el arsenal de melodías endemoniadas propias de sus set junto a subidas cortas pero afiladas y graves oscuros y convincentes fueron la lectura de su espléndido set.

La noche era de 10 y pusimos la guinda trasladándonos al Área 3. Encima de la nave de mandos de los djs, un atrezzo que recordaba a las cuchillas usadas por Lobezno pero que en este caso habían sido prestadas para que Lucifer pusiera a bailar a quien viese parado. El frechcore era el estilo que se respiraba en esta sala, una expresión musical que cada vez está más de moda en los festivales holandeses. Fue un gran epílogo a tan inmensa noche y el francés Le Bask puso toda su artillería teknivalera para el goce de nuestros oídos: buena sesión llena de golpeantes bombos combinados con melodías alegres y risueñas.

Desde aquí felicitar a la promotora Cyndium por tan inmenso festival y en especial a Patrick por las facilidades puestas para que podamos realizar nuestro trabajo y poder ser testigos de tan imborrables experiencias. Sabemos que su marca está pero que muy integrada dentro del sector hardcore, sus eventos son sinónimo de sold out y además combinan a la perfección la mezcla de estilos pasados con futuros por lo que el abanico de público al que llegan es mayor. Desde el departamento internacional de Grow Sound Mag es un honor poder contar tales experiencias (ver otras) , nuestra casa es Holanda y sabemos que su sello representativo es el hardcore. Queremos ser parte de ellos. Un público tan fiel, tan especial y siempre dando el máximo de disfrute a cada evento al que asisten es difícilmente superable. Son muchos los españoles que vienen a disfrutar de tal especiales experiencias y desde aquí pondremos nuestra granito para sean muchos más.

No queremos olvidarnos del maligno Belcebú, no pudimos despedirnos de él pero sabemos que en la siguiente fiesta hardcoriana estará en 1º fila bailando como uno más lo que más le gusta: el Hardcore¡¡¡

Autor: Alonso Vivas.