Se acaba la buena época soleada y la ristra de festivales veraniegos. ¿Y tú? ¿Has gozado este verano de algún festival? Espero que haya sido de TECHNO, porque yo señores SÍ QUE HE SABOREADO LAS DULCES SINFONÍAS DEL TIQUITACA. Sin ir más lejos, hace unas semanas tuve la gran oportunidad de poder estar en Dreambeach Festival, en Almería y además pude disfrutarlo desde otra perspectiva. El Dreambeach se celebró desde el miércoles 7 de agosto hasta el domingo 11 de agosto en el pueblo costero de Villaricos en Almería. Esta vez no pude asistir todos los días, pues el deber laboral me llamaba, pero el que algo quiere algo le cuesta.
Mi compañero Álex se reía de mí, de ver lo dispuestona y directa que iba hacia aquella pista arenosa de ambiente electrónico situada en el camping. Estuvimos allí degustando el inicio de ese Dreambeach. Como siempre haciendo amigos y saliendo en fotografías que jamás veré. Durante el transcurso de la noche surgió un pequeño percance en la actuación de uno de los dúos programados para la primera noche del Dreambeach. Literalmente se apagó el equipo y un silencio inundó aquel espacio repleto de seres con desasosiego technero. Vimos que aquello no arrancaba y nos fuimos directos a la playa a sentarnos. Mientras caminábamos entre tinieblas playeras, figuras corporales en modo sándwich se topaban en nuestro camino. Logramos sentarnos disfrutando de un buen chapuzón. Comenzamos a parlotear e indagar en nuestros pensamientos.
Una vez dentro, comenzamos a inspeccionar. El primer escenario que te encontrabas era el MAINSTAGE. La verdad que de los tres era el que más espectáculo mostraba, luces, fuego, confeti….La música que allí se deleitaba no era de mi agrado pero el momento y la ocasión hacía que la disfrutase como si estuvieras escuchando tu canción favorita. Debido a las largas colas que nos comimos, nos perdimos a Boris Brejcha, el cual es bastante digno de visitar y poder gozar con su minimaleo technero. Nos adentramos en la carpa underground, la Dreams Tent. Y allí estaban The Martinez Brothers dándole candela al asunto desde las 1:30 de la mañana. Fue un bonito reencuentro con el Techno. Después de encontrarnos con amigos y echar unas risas, les digo a mis amigos que el pase de prensa me está pidiendo a gritos subir a aquel escenario. Me voy sola en busca de la entrada secreta y comienzo a preguntar. Cuando hallo la respuesta, me encuentro introduciéndome por el boquete de una lona como si estuviera entrando en el Narnia Zarrapastroso. Pues allí que voy y me dirijo hacia el escenario del Techno. Desde la perspectiva de la plebe parece que los Djs están solos en todo momento. Hay más gente arriba que en la cola del paro. A los que estábamos allí arriba no nos dejaban pasar al escenario en su plenitud, nuestro límite era una mesa donde se encontraban todos las bebidas para los artistas.
Pudimos disfrutar allí arriba de la actuación de los Martínez Brothers y del gran trabajo que hay detrás de toda actuación musical. El cambio de mesas, la coordinación, es brutal. Ahora nos tocaba contemplar a Loco Dice. Subió un poco la intensidad musical y el ritmo bailongo. ¡PERO QUÉ RICO SENTIR LA MÚSICA Y DEJARTE LLEVAR POR ELLA! Allí estuvimos plantados, en ese pasillo lleno de barrotes bailando y gozando esperando a un grande como lo es Adam Beyer.
Comienza el set de Adam Beyer a las 4:30. Complacida nuestra perspectiva y apetito musical, decidimos terminar esta gran verbena electrónica abajo, con nuestros tocayos techneros. Nos dispusimos a entrar en aquella carpa donde lo que predominaba era el calor humano y el sonido
estratosférico del Señor Adam Beyer. Allí seguimos bailando a la vez que contoneaba mi abanico contra mi pecho. Madre del amor hermoso, ¡QUÉ CALOR! Lo contoneé tanto que me cargué el jodido abanico. A últimas horas de la noche, nos deleitaron Nina Kraviz con su Techno a pico y pala y Charlotte de Witte invocando a lucifer. Posiblemente la técnica de la rusa y la belga sea extraordinaria, pero su estilo musical no fluye con mis beats interno-techneros- musicales. Lo que sí puedo destacar y que me gustó de la actuación de Charlotte fueron las imágenes que se iban proyectando a la vez que ella pinchaba. Sin duda, un 10 por el deleite visual. Amanecido ya el día, acabó la actuación de Charlotte y comenzamos todos a salir del recinto. Aquello parecía una romería. Llegamos al coche y, sin más dilación, pusimos rumbo a Almería.
El sabado comenzamos visitando los demás escenarios. Subimos al Mainstage y estuvimos contemplando a Knife Party. La verdad que en ese
escenario se respiraba mucha más libertad y paz que en la del Techno, la entrada era más amplia y con menos visitas. Las vistas eran grandiosas, de verdad. La noria y sus luces de fondo, el fresquito que hacía, el gentío y el sonido más limpio y puro no podía ser.
Me encontré con Ibai, el jefe de prensa y comunicación de Dreambeach, me encanta seguir su trabajo y me siento bastante identificada con sus ideales en cuanto al ambiente electrónico y desarrollo profesional. Como ya le dije en persona, fue todo un honor poder compartir unos instantes con él para poder conocernos y espero que puedan ser muchos más.
Sin duda, mil millones de gracias a Ibai y a esta gran revista con la que colaboro, como lo es Grow Sound Magazine por dejarme vivir esta gran experiencia. He podido conocer más a fondo y desde otra perspectiva el mundo de la música electrónica.
Visto lo visto y saboreado lo vivido, me entró la curiosidad y quise visitar el escenario OPEN AIR, donde me encontré con GHASTLY, un dj desconocido para mí pero que a día de hoy sigo en RRSS, pues me hizo bailar y saltar justo detrás de él. Este gran artista no paró ni un solo instante quieto, bailaba y sudaba como si no hubiera mañana. Su música invitaba mucho más que al baile. Mezclaba ritmos de drum&bass, con Techno, House y Minimal y a mí no me pudo enamorar más. ¡QUÉ SOBRAO´! El que menos visitas tenía en el backstage y el que más me transmitió con tan solo mirarlo. Chapó querido amigo Ghastly.
Nos volvimos a dirigir hacia el Mainstage donde las Nervo estaban terminando su actuación e iba a dar comienzo la de DJ NANO. Ver su arranque hardstyle con el paisaje nocturno fiestero de fondo es algo también muy mágico. Un cúmulo de sensaciones totalmente inexplicables con palabras, hay que estar allí para sentirlo y vivirlo. Es tal la sensación que cada vez que me acuerdo un cosquilleo recorre mi interior. Goce máximo, ¡SÍ JODER! A las 6:00 comenzaba su set nuestro gran amigo Marco Carola. Libertad technera sentía, y sola allí me quedé con la
demás gente que se encontraba detrás de Marco. Se respiraba muy buen rollo. Marco estuvo espectacular con una sesión a vinilo digital, Timecode. Fue maravilloso. Me hizo bailar y abanicar como toda una Señora del Techno.
El inicio del final se acercaba. Joris Voorn B2B Kolsch. Pudimos contemplar el amanecer y el mar incandescente a lo lejos mientras ellos creaban
un ambiente entre melodías meteoríticas y espaciales a base de bombo. Terminó esa gran gala festivalera entre silbidos y bailoteos.
Me encantó poder conocer la otra cara del festival, pero una cosa no quita la otra. Se debería mejorar un poco el tema del transporte y organización para poder evitar que vayan personas al volante en un estado poco sereno y no se forme una pelotera de coches. Se me ocurren muchas maneras de mejorar el transporte, pero solamente estoy aquí para comentar qué tal fue mi experiencia en Dreambeach Festival, pues solventar ese problema es otra historia. La compañia fue de 10, una experiencia jamás vivida e inolvidable, staff mucho más que amable y apetito musical más que saciado. Dreambeach Festival recomendado 100%, pero eso sí, si no vas en la Furgoneta del Amor tus vivencias techneras no serán tan idílicas y placenteras. Nos vemos el año que viene Dreamers.
Texto: Estrella Asensio
Fotos: Dreambeach Fest