Primera edición de nuestra serie, Clubbing por Europa. La inauguración no podía ser de otro modo que sobre las peripecias de nuestro colaborador Pablo Ortega en una de las urbes mas influyentes de nuestro continente Londres. Sin mas os dejamos con esta primera edición de Clubbing Por Europa.

Desde “Extremadura es electrónica”, me enorgullece presentar esta nueva sección, en la que narraré mis vivencias por los mejores clubs del viejo continente. Tras un verano decepcionante de festivales por nuestro país, donde claramente percibí que la mayoría de ellos, lejos de mejorar sus prestaciones, van reculando y desaliñándose año tras año, apostando cada vez más por el público joven y los nuevos fenómenos musicales de moda como el EDM, el Dub step o el house comercial. A los que de verdad nos gusta esto, los que invertimos mucho tiempo y dinero en este mundo, no nos queda otra que viajar fuera de nuestras fronteras si queremos degustar lo último en música electrónica avanzada, bajo un sonido de gran calidad.

Cuando el oído se vuelve exigente, ya no te conformas con el circuito nacional de eventos, donde siempre acuden los mismos artistas desde hace ya varios años. Muchos dicen que en España no hay cultura musical, que nuestros oídos no evolucionan… puede ser verdad, pero también habría que analizar las causas. Una de ellas, sin duda, es la falta de variedad e innovación en los line-up, ya que los promotores de estas fiestas nunca se arriesgan y prefieren ir a lo seguro, a lo que les aporte beneficios a corto plazo, sin pensar en el futuro cercano, sin pensar en crear cultura… cosa que les reportaría ganancias a medio plazo. Esto no ocurre en países como Reino Unido, Alemania, Holanda, Bélgica, Suiza… donde en las principales ciudades sí que existe una verdadera cultura de club consolidada, que también puede percibirse en los festivales que albergan.

Cansado de esta situación, decidí organizar un viaje por Europa para conocer de primera mano lo mejor del clubbing internacional en dos ciudades precursoras de la música electrónica: Londres y Berlín. En el primer episodio que os voy a relatar a continuación a modo de crónica, narro mis experiencias por la capital de Inglaterra.

VIERNES

Nuestra aventura comienza el jueves 18 de septiembre, día en el que aterrizamos en Londres y nos acomodamos en el barrio indio de Whitechapel, hacia el este de la “zona 1”. Allí nos reciben dos grandes amigos, a los que aprovecho la oportunidad para darles las gracias por el alojamiento y por su infinita hospitalidad. Tras dos días de pateos conociendo la inmensa ciudad, el viernes por la noche tendríamos la primera cita con la electrónica: Find me in the dark. Así se denomina la sección del techno más oscuro en Corsica Studios, un club consolidado con casi diez años de historia, ubicado en Elephant & Casttle, cerca de la estación del surdeste. Tiene una capacidad para 350 personas. Se celebraba el quinto aniversario del sello discográfico encabezado por Lucy: Stroboscopic Artefacts.

Adquirimos nuestras entradas online a través de la web Resident Advisor, por unos 20 euros, en la última fase de venta. Sobre la 1 de la noche pudimos acceder al interior, aún con pocas colas para entrar. Sin embargo, para nuestra sorpresa, dentro ya se agolpaba bastante gente en la main room, y nada menos que el propio Lucy ya se encontraba a los mandos de la nave. El lugar era bastante laberíntico: dos salas, servicios, barras, guardarropas, zonas de descanso, área exterior de fumadores… el escenario principal contaba con 4 funktion-one a pleno rendimiento. Quizás, algo exagerado para un espacio tan pequeño, pues difícilmente se podía estar a gusto sin tapones en los oídos. El sitio era muy oscuro, como ya advertía el nombre del evento. Además, dispusieron grandes altavoces por otras zonas, algunos de ellos también funktion-one, para que no te perdieras nada si, por ejemplo, ibas por una copa.

Como decíamos, el gran Lucy iba a ser el encargado de abrir la fiesta, nada menos que con cuatro horas de sesión. Era su noche, y sabemos que al día siguiente haría lo propio en el mítico Berghain de Berlín, y quizás por ello prefirió hacer aquí el warm up. Su actuación fue espectacular, demostrando que es uno de los artistas más en forma en su estilo. Dark-techno hipnótico y contundente que puso aquello patas arriba. Combinó magistralmente temazos demoledores con otros más mentales, dominando el tempo de su prolongado set.

Puntual a su cita, a las 4 de la mañana emergió en cabina la figura de Rrose, quien nos traía sus últimas producciones en formato live. La chica realizó un excelente trabajo con un techno más ambiental, pero no menos oscuro y sustancial, con mucho sabor a Birmingham. Conforme su directo avanzaba, las sacudidas de bombos y platillos fueron en aumento hasta alcanzar un punto álgido hacia el final, cuando se desató el contenido de la sesión.

Tras este breve pero intenso live de una hora, fue el turno del emblemático Perc, quien pincharía hasta el cierre, a las 7 de la mañana. Así pues, cuchillo entre los dientes para disfrutar del techno duro y enérgico que nos propone siempre el británico. Sonido rasgado pero de calidad, mezclado con gran destreza. Sonaron varios temas propios como “Dumster”, “Grindr” o “Tri-City”, que hicieron las delicias del público.

Así pues, excelente noche de techno sin contemplaciones. Resulta muy difícil de ver algo así por nuestras tierras. Objetivo cumplido a la primera. Eso sí, hay que recalcar que no sólo la entrada costó cara, también las consumiciones y el transporte para llegar. Estábamos en Londres, y aquí los precios son otros. Tampoco quiero dejarme atrás comentar algo sobre el segundo escenario, que también estaba bastante bien equipado de sonido y donde también

sonaba buena música, un techno más clásico y algo más acelerado, bajo una iluminación mayor. Esa noche pasaron por allí artistas como Asquith, Manse, Tengui o Michael Wells.

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VIERNES

Casi sin tiempo para digerir lo acontecido en Corsica Studios, al día siguiente volvimos a la carga para asistir a otro club londinense, The Electric, también conocido popularmente como “the fridge”. Ubicado en uno de los barrios más hipster y underground: Brixton, al sur de Elephant & Casttle, ya en “zona 2”. Por su tamaño e instalaciones, podemos decir que se trata de una discoteca con mayúsculas. El edificio fue construido en 1913 como uno de los primeros cines del Reino Unido. Reformado y ampliado, se ha convertido en una de las salas más carismáticas y mejor equipadas de Londres. Se ha respetado la estructura principal del espacio teatral, manteniendo gran parte de la ornamentación y la esencia de antaño.

Como ya avanzamos hace poco más de un mes, se trataba de un evento psy-trance llamado Earthdance, cuyo objetivo era recaudar fondos por la paz del planeta, además de satisfacer a los tranceros más exigentes con una fiesta a su altura. Así pues, The Electric se vistió de gala para la ocasión con gran cantidad de elementos propios de la cultura psy: performances, objetos intergalácticos, telas, pinturas, y mucho, mucho flúor. La escenografía era fantástica, muy orgánica, demostrando un gran nivel decorativo y de artesanía psicodélica.

Pese a contar con acreditaciones para hacer nuestro trabajo, tuvimos algún problema para entrar, ya que pronto se colgó el cartel de “sold out”, y los porteros se mostraban implacables. Afortunadamente, pudimos ver desde fuera a la organizadora del evento, quien acudió en nuestra ayuda y nos acompañó hasta las taquillas interiores, donde dimos nuestros nombres y nos colocaron las pulseras. Dimos una vuelta por la pista y enseguida comprobamos el buen rollo y la cultura trancera que se presuponía en una ciudad como esta. Mucha gente disfrazada y ornamentada para la ocasión, sintiendo la música y bailando con energía.

Desgraciadamente nos perdimos la actuación de nuestra amiga Psibindi, a quien ya conocíamos de sus giras por España. No conseguimos acceder hasta pasadas las 2 de la mañana, momentos en los que ya se encontraba el dúo Dejavoo tras los platos. Poco tiempo estuvimos escuchándolos, ya que decidimos pasar un rato con Psibindi en la sala chill out, donde se encontraba con sus amigos de la banda Dhuna participando como vocalista de un directo de folklore hindú.

Al rato volvimos a la main room para disfrutar de las sesiones de Bansi, primero como GMS, y posteriormente como 1200 micrograms, ambas en formato dj set con ordenador y Traktor. Lo cierto es que en ninguna de sus dos actuaciones simultáneas consiguió llenarnos. El barcelonés de nacimiento, propuso un trance demasiado retro, que a estas alturas casi podríamos calificar de old school. Este género ha evolucionado mucho desde sus inicios, pero Bansi prefirió tirar de repertorio antiguo, bien por complacer a los más veteranos, o bien porque simplemente ha dejado de producir. Como GMS, algo más serio y lineal, pero como 1200 mics, desató un repertorio más alocado y acelerado, introduciendo melodías con guitarras y aún más psicodelia.

El cierre de la ceremonia iba a ser responsabilidad de la propia organizadora, Shakti, a quien aprovecho la ocasión para agradecer su buen trato y disponibilidad en las gestiones para facilitar nuestro acceso. De aspecto completamente hindú, la joven pinchadiscos utilizó una controladora Numark para desarrollar un set de sonido goa. Los asistentes se seguían mostrando muy dinámicos en el dancefloor, hasta el punto que parecía que la fiesta se les iba a hacer muy corta. De hecho, en otro club muy cercano, comenzaría el after oficial justo después. Nosotros regresamos a casa, Berlín nos esperaba sólo dos días después…

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