Una vez más, Reaktor nos abrió sus puertas para pasar la Nochevieja en uno de sus eventos más potentes del año, como más nos gusta: degustando turrón del duro. Ya los hemos presentado varias veces, pero para el que no lo sepa aún, se trata del colectivo que nos está dando más alegrías cuando el cuerpo nos pide bacalao, acá por los Países Bajos. Son los creadores de citas tan importantes como Katharsis o Unpolished (ver crónicas), además de estar presentes en festivales como ADE, PollerWiesen o Nassau, donde al menos se encargan siempre del escenario más purista. En resumidas cuentas, si lo vuestro es el techno más crudo y underground, no pierdan detalle de los reportajes que les traemos tras asistir a sus envites.

Si tienen buena memoria, recordarán que el pasado Fin de Año también fuimos invitados a su ceremonia de clausura. Aquella fiesta se denominó «ERA: New Year’s Eve», por cuyas cabinas pasaron varias leyandas como Ben Sims, DJ Pete, Perc, Function, Blawan, o nuestro compatriota Óscar Mulero (ver crónica). Como ven, a los chicos de Reaktor no les tiembla el pulso a la hora de confeccionar sus line-ups, siempre pueden esperar lo mejor de cada casa. Para esta ocasión, tampoco se andarían con chiquitas, contando con el omnipresente Dax J como principal lugarteniente, cuya presencia e implicación en la dirección artística ha servido para darle nombre al evento: «Reaktor x Dax J – Monnom Black«. Vamos pues con narración de la gran batalla que se libró en el distrito de Sloterdijk

Reaktor Dax J

 

Fueron muchos los peregrinos que se desplazaron este lunes 31 de diciembre a la ciudad de Amsterdam para dar la bienvenida al Año Nuevo a base de bombo y platillo. De hecho, llevábamos varios días viendo el cartel de ‘sold out’ en las redes. Ni siquiera los altos precios de las entradas frenaron al público más aguerrido del norte de Europa. Nos habría encantado ver la actuación de Regis, una de las primeras sobre el tapete, bajo su nuevo pseudónimo CUB. Sin embargo, tanto el frío como la tradición de vivir las campanadas entre amigos, retrasaron nuestro abordaje hasta bien pasadas la una de la noche. Por lo tanto, poco podemos comentar del set de Stranger, uno de los locales, pues apenas conseguimos otear lo que se cocía en una main room ya abarrotada.

Mucho menos acolmatada de gente se encontraba la segunda sala, bastante más pequeña pero, a mi juicio, sonaba bastante mejor que la principal, gracias a un sistema Funktion One muy bien configurado. Agárrense bien porque la presión de medios y la caída de graves aseguraría emociones fuertes. A la postre, sería aquí donde pasaríamos la mayor parte de nuestra andadura, y no sólo por lo que les estamos señalando, sino también por la calidad de sus artistas, menos conocidos que los del main, pero con mucho que decir a través de sus sesiones. Los primeros en reivindicarse a nuestros oídos fueron el dúo compuesto por Cressida y Tommy Holohan, a quienes tan sólo pudimos escuchar un par de tracks, suficiente para constatar que este stage secundario prometía guerra.

A continuación, la joven Zanias tendría una buena oportunidad de darse a conocer ante el exigente público de los eventos Reaktor. La que fuera voz de las bandas musicales Linea Aspera y Keluar, ahora se encuentra residiendo en Berlín, comenzando una nueva carrera como pichadiscos en solitario. La australiana, tan polifacética como trotamundos, nos sorprendió a todos con un repertorio contundente y provocador, sólido como una roca, donde sus vocales en directo se conjuntaban a la perfección con su arsenal de techno. Apocalypse Now. De vuelta a la sala grande, el emergente I Hate Models descargaba su prontuario de bombas sin piedad. No obstante, la violenta propuesta del galo poco a poco se fue diluyendo con la adición de estas temas con aroma electro tan de moda ahora, a los que no les terminamos de ver la gracia.

Acto seguido, el mítico y ecléctico Thomas P. Heckmann cogería las riendas para atizar al respetable con su techno más hard. El alemán no consiguió engatursarnos, ni por contendo ni por pericia, por lo que regresamos a la que fue nuestra casa durante esta noche tan especial. En el otro dancefloor nos topamos con el back to back entre Raffaele Attanasio y Remco Beekwilder. A este último ya lo conocíamos bien, presente en muchos festivales holandeses, siempre representando con acierto la vertiente más ruda de la escena de este país. El resultado de este insólito versus terminó erigiéndose como lo mejor de la jornada. Industria pesada. El italiano terminó de redondear una actuación sobresaliente con su toque ácido y punzante. Atrincherarse o salir herido…

El cierre de este área sería obra de UVB, esta vez en formato DJ set, otro al que cada vez podemos ver más por estos lares, y es que el crecimiento de este artista en los últimos años está siendo exponencial. No es para menos; la oscuridad se ciñió sobre nosotros, y sus bombos pesados hicieron el resto. El francés terminó de rompernos, definitivamente. Sesión no apta para cardíacos, ni tampoco para mentes perturbables, de más a menos. Había que ir cerrardo el chiringuito de alguna manera. La última media hora sería para el headliner Dax J, responsable del closing del main floor. Ya saben que el londinense nunca deja a títere con cabeza, y en su fiesta no iba a ser menos. Contundencia a raudales. Si tienen vértigo, tápense los oídos.

Así se dio la contienda librada en el Warehouse Elementenstraat, el emplazamiento habitual para este tipo de carnicerías. La puesta en escena fue, una vez más, espectacular: luminarias de todo tipo, visuales excéntricas, acústica de diez… ¡poco más se puede pedir! De nuevo, debemos agradecer de forma especial a Jort Schenk, creador de todo esto, por ponérnoslo siempre fácil para hacer nuestro trabajo. Desde Grow Sound les deseamos la mejor de las suertes en futuros festejos. Esperemos que la cosa no decaiga, pues sus eventos no dejan de demostrar que Holanda sigue siendo una de las piedras angulares para el desarrollo de la escena techno europea.

Autor: Pablo Ortega