Si existe un colectivo en Rotterdam que verdaderamente apuesta por el techno más rudo y oscuro, sin duda tenemos que hablar de Strobe, compuesto por los artistas Justin Patti (a quien ya entrevistamos la semana pasada, ver aquí), Rachid Prins y Allard Drijfhout. El concepto de sus fiestas se acerca mucho al de una rave, pero empleando todo los medios técnicos que tienen a su disposición, dando como resultado eventos de considerable envergadura, muy bien equipados de sonido e infraestructuras, trayendo DJs internacionales que encabezan sus fantásticos line-ups. Strobe se ha hecho, por méritos propios, con un sitio importante en la escena más purista de Holanda. Gente de todas partes asisten a cada edición para vivir una experiencia techno recóndita, al más puro estilo Detroit.
Tras casi cuatro año de historia, el colectivo no ha parado de crecer, y a día de hoy, pueden presumir de producir las mejores fiestas underground de Rotterdam. Para esta ocasión, se aliaron con sus colegas de MORD Records para montar un showcase de garantías. Como casi siempre, el lugar elegido fue el gigantesco edificio industrial Maassilo, uno de los símbolos de la ciudad por este carácter tosco y pesado, ideal para este tipo de festejos. Nos fuimos hasta su última planta, la décima, denominada Factory 010, para vivir en nuestras carnes uno de los eventos techno del año. Muchos conocen esta sala como el “Berghain de Rotterdam”… y no es para menos, ya que las instalaciones que se disponen bajos sus paramentos de hormigón no tienen mucho que envidiar a las del mítico club berlinés.
El pasado sábado 10 de septiembre tuve la ocasión de asistir al tercer evento Strobe del año, aunque no será el último. Serían las dos de la mañana cuando conseguí adentrarme en las cavernas del mastodóntico Maassilo. Tras un buen chequeo de seguridad, uno de los más rigurosos a las puertas de un club en Rotterdam, nos dirigimos rápidamente a la main room para disfrutar de las mezclas de UVB, una de las perlas de la escena francesa. Sin embargo, su propuesta no nos convenció demasiado, ya que su discurso no terminaba de quedar claro… demasiado ecléctico, muchas pinceladas de varios estilos musicales que no llegaban a romper. Por otro lado, quedó claramente desfavorecido por un sound system muy limitado que aún no alcanzaba ni la mitad de su potencial.
Tras varios intentos fallidos de baile, nos dirigimos al escenario secundario en busca de alternativas. Por cierto, gran acierto por parte de la organización el traslado del área complementaria hacia la mejor sala que dispone Factory 010, con permiso de la principal. Mejor acústica y luminotecnia que la vez anterior, allá por el mes de marzo (ver). Eso sí, creo que el sonido de los graves podría haberse optimizado colocando los altavoces más retrasados… prácticamente ocupaban una parte del dancefloor. No obstante, el nivel de volumen resultaba suficiente para un segundo stage.
Allí vimos primero las últimas pinceladas del set de 001, quien presentaba un repertorio bastante relajado si lo comparamos con el resto de música que escuchamos en toda la noche. Tras él, sería el turno de Damcase, quien desarrollaría un directo analógico armado de varios aparatos, conectados por un sinfín de cables. El griego nos sacudió en varias ocasiones con la presión de sus beats industriales, aunque la falta de continuidad en su sesión y la concordancia con otro live que no nos podíamos perder en el stage principal, provocaron nuestro traslado al corazón de Factory 010.
Empezaba lo bueno. Otro que también debió facturar más de una maleta en su vuelo para traer toda su artillería. Nos referimos a Stephan Metzger, más conocido como Sleeparchive, quien ejecutó un directo sencillamente magistral. Techno de toda la vida, constante guiños a la ciudad del motor, directo a la yugular. El alemán le dejó la pista bien calentita al plato fuerte de la jornada: el incombustible Bas Mooy, líder y creador de MORD Records. Ahora sí, el rendimiento del sistema de audio alcanzó su punto álgido. El rotterdamés jugaba en casa, y quizás por ello lo vimos con más ganas que nunca. Desde el primer track, consiguió meterse al público en el bolsillo. Sesión devastadora, ácida por momentos, en lo que fue sin duda el mejor DJ set de la noche, como cabía esperar.
No quiero seguir avanzando sin dejar de mencionar a dos tipos que actuaron en el escenario alternativo, y que nos acercamos a otear durante la actuación de Bas Mooy. Hablamos de Radial, cofundador del sello discográfico Audio Assault junto con el anterior, y Endlec, quien mezcló en formato live. Debido al poco tiempo que pasamos allí, no entraremos a valorarlos, pero desde luego el rato que los escuchamos fue más que suficiente para comprobar que en esta sala también se estaba liando una buena. Una pena no haberlos podido disfrutar con la acústica de la main room.
De vuelta a la principal, el show de Ansome daría comienzo sobre las cinco y media de la mañana. Los horarios se cumplieron con precisión suiza. El de Perc Trax nos arrolló a todos con su maquinaria de guerra. Su directo combinaba bombos pesados con sonidos rasgados, en lo que fue, para mí, la mejor actuación de la noche. El británico le cedió el testigo a otra leyenda del techno holandés: el virtuoso Charlton. Su espectro musical abarcaba desde sonidos más old-school hasta poderosas línea de graves, propias del techno más elaborado, dando como resultado algunos bassline realmente profundos y siniestros, hipnotizándonos en varias ocasiones.
No obstante, a mitad de su sesión decimos volver a visitar la segunda sala. Los encargados de su cierre serían Justin Patti, el recién entrevistado, y Rachid Prins, quienes unen sus fuerzas para formar el dúo Patriarch Conflicts. Excelente selección musical de los capos de Strobe, quienes a buen seguro tuvieron que indemnizar a más de uno por daños musculares. Huracán del techno más contundente para clausurar una fiesta memorable. El closing de Charlton se extendió media hora más de tiempo, por lo que realmente fue con el DJ de color con quien nos despedimos de Maassilo.
Mis más sinceros agradecimientos a toda la crew de Strobe, quienes han vuelto a demostrar que están a la altura de un público tan exigente como el que se dio cita este sábado en Factory 010, que por cierto rozó el sold out. Los miembros de MORD Records también estuvieron brillantes. Gracias, en especial, a Justin Patti por abrirnos sus puertas, y también a Bas Mooy, por responder tan sincera y detalladamente a mis preguntas durante la entrevista que puede realizarle y que publicaremos muy pronto. La fiesta fue sencillamente espectacular, esperamos ansiosamente experimentar de nuevo en nuestras carnes el próximo evento Strobe (clic aquí para permanecer informados).
Autor: Pablo Ortega
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