El benjamín de los grandes festivales de escena indie de nuestro país, enOrbita, afrontaba su segunda edición el pasado sábado 13 de mayo. Edición en la que se consagró por todo lo alto como uno de los grandes festivales de nuestro país y que nos dejó una tarde llena de música que tardaremos mucho en olvidar.
Fotos: Javier Rosa
Sábado, 13 de mayo… los nervios eran palpables, estábamos ante el primer festival de la temporada estival… y con enOrbita, la veda a un verano sin descanso quedaba abierta. Con el buen sabor de boca que el festival nos dejó en la anterior edición y conociendo el buen saber hacer que la promotora gasta, así como el magnífico elenco de bandas que habían conseguido reunir para la edición 2017, la ocasión era clara y nos disponíamos a disfrutar de un día de amigos y música en directo por todo lo alto.
El encargado de recibirnos fue Joni Antequera, más conocido como Amatria, que actuaba a primeras horas de la tarde, tras los granadinos Toulouse y Viva Suecia, grupos que lamentándolo mucho nos vimos obligados a sacrificar de nuestro planning. El directo de Amatria, es sin duda uno de los más potentes que la escena nacional tiene, letras divertidas y bases que beben de la fuente de la mejor electrónica, conforman un cóctel musical explosivo. Temas como El Golpe, Atarax, o una nueva composición llamada Animal -creo que se llamaba así- que seguramente formará parte de los próximos trabajos del artista. No podemos olvidarnos del momento Chinches… donde más de uno casi pierde las piernas saltando, y eso que esto solo había hecho que comenzar.
Tras finalizar Amatria, comprobamos como los horarios marcados difícilmente iban a poder cumplirse, llevando las actuaciones bastante retraso. Aquí he de romper una lanza en favor de la organización, dada la gran diferencia entre festivales de este calado, donde es complicado cumplir con los plazos y montar todos los instrumentos de las bandas en el tiempo estipulado, con festivales puramente electrónicos en los que con mantener dos setups distintos montados entre dj set y dj set es suficiente para que los tiempos se cumplan. Por lo que amigos de enOrbita, podéis estar tranquilos, entendemos el desajuste horario.
Lo que quizá no entendemos tanto, y esperamos sirva como crítica constructiva, es que los baños eran un poco limitados, para un festival cuyo éxito absoluto se podía oler desde hacía meses, quizá este punto debería de haber estado mejor planificado y haber aumentado el número de estos, así como distribuirlos en dos puntos. Idem para los puntos de obtención de tokens, debería de haber habido alguno más y así habríamos evitado alguna de las largas colas que pudimos ver en algunos momentos puntuales del festival, aunque todo sea dicho, ole por los camareros y personal del evento, da gusto cuando te atienden con simpatía y ganas. Dicho esto, sigamos con lo que realmente importa, la música.
«Hay una cosa que tu sabes, y que no puedo controlar… Bailando a ritmos de canciones, que no dejaron de sonar…»- Varry Brava
Varry Brava, serían los siguientes en tomar el escenario principal, pero antes tuvimos cierto tiempo de pasear por el recinto y probar en el espacio Universitat, el viaje que el festival proponía por nuestra galaxia. Dentro del edificio se había dispuesto un planetario móvil, en el que podíamos tumbarnos a ver proyecciones y locuciones sobre nuestra galaxia. Creo que es un punto muy a favor del festival ofrecer alternativas no musicales que complementa a la perfección la temática y el discurso del evento. Yo sinceramente, disfrute el ratito allí tumbado. Varry Brava nos dejó un concierto muy divertido, momentos álgidos con la dedicatoria a los chicos de Supersubmarina o cuando sonó No Gires, su composición más afamada.
Nuevo descanso para montar los instrumentos del siguiente grupo, Quique González y los Detectives, a los que sinceramente no sigo mucho, y por lo tanto, cambiamos de tercio y decidimos pasar un rato en el Escenario Satélite, dedicado al 100% a las bandas emergentes granadinas, en este escenario teníamos un claro objetivo, los chicos de Harakiri Beach, a los cuales seguimos desde que los conociéramos en uno de los eventos «Arder para Resurgir» de Planta Baja al inicio de esta temporada. Para alguien que bebe de la fuente de la electrónica cada día -como es mi caso- estos grupos son peritas en dulce, bases y líneas muy potentes y divertidas que recuerdan al mejor electro e incluso un poco techneras en algunos casos, todo ello aderezado con letras gamberras y divertidas como Sexy pero no Chabacano o Vente de Fiesta. Enserio, si no seguís a estos chicos, no se a que esperáis. Y lo mismo se aplica, para Apartamentos Acapulco o Koel.
Llegaría por tanto el turno de Miss Caffeina. Matadme si os digo que nunca les había visto en directo, por ello mis ganas de echarles el guante eran bastante considerables. He de decir, que me encantó su directo, se nota que saben como echarse el público al guante con nada más sonar los dos primeros acordes. Detroit, Ácido, Oh Sana… todos grandes temas, pero sinceramente todos los que estábamos allí esperábamos el momento que retratamos en el vídeo sobre estas líneas… como ellos mismos dijeron, que pasaría si se van de allí sin tocarla… y así fue como Miss Caffeina nos hizo volar y nos dejó listos para afrontar la recta final de un gran festival sobre el que ya caía la noche.
«Mírate bien pareces cansado, Vete a saber como te han tratado, Hay espejismos que nunca llegan a encontrar la luz…» – Miss Caffeina
Los siguientes en tomar el control del Escenario Planetario, serían Niños Mutantes, otra banda granadina –un día de estos vamos a analizar que pasa en granada para que sea madre de tantos grandes grupos, véase Los Planetas, Lori Meyers…– más que consagrada. Con No Continuar, a más de uno fijo le hizo replantearse su existencia, y de nuevo esperadisimo cierre con Errante, momento en el que sinceramente ni una sola de las más de 6000 almas que allí nos encontrábamos paró quieta ni un solo segundo. Impresionante lo de estos chicos.
Y y solo nos quedarían tres actuaciones que disfrutar… entre que las que estaba, sin ninguna duda, los chicos de Mordisco, a los que no íbamos a perdernos por nada del mundo. En el Escenario Planetario, habían conseguido reunir a un nutrido grupo de incondicionales, que pese a coincidir con los cabezas de cartel, habían quedado absortos con los ritmos electrónicos de los granadinos. Y es que no me cansaré de decirlo, y creo que de electrónica se un rato, estos chicos son de lo mejor de nuestro país. Calidad en las mezclas, temas divertidos, profundos y con líneas de grave que recuerdan al mejor deep-house y house sin perder, claro está, ese aura de new wave y aires tropical-house. Sois muy grandes.
Mientras tanto y con un retraso importante que se había ido acrecentando, el escenario principal se engalanó para recibir a Love Of Lesbian con un despliegue de iluminación a la altura de los más grandes festivales. El grupo de Santi Balmes es probablemente el grupo más respetado de nuestro país en estos momentos, sus letras y composiciones rompen barreras inter-generacionales así como de gustos o criterios, porque cuando algo es bueno y de calidad, lo demás viene fácil. Segunda vez que los veía en directo y he de decir que me ganaron desde el minuto uno, grabado a fuego los acordes de eléctrica en el tema de «Bajo el volcán» o ese fantástico momento de «Toros en la wii» aderezado con un pequeño fragmento de Lobo Hombre en Paris, o «Manifiesto delirista«. Verdaderamente impresionante, todavía se me ponen los pelos de punta mientras escribo esto y es que no veo el momento de volver a escucharlos en directo.
Y llegamos al final, si has llegado con tu lectura hasta aquí, te lo agradezco y también te pido perdón por haberme explayado tanto, pero era necesario y lo sabes. Fangoria sería el grupo que nos diría adiós de esta segunda edición de enOrbita. Nunca les había visto en directo, aún habiendo tenido oportunidades, porque siempre me habían parecido algo que no iba conmigo… craso error. He de decir, que la poco más de media hora que pudimos verles, ya que teníamos otras obligaciones esa noche, disfrute como un niño, y al igual que yo todos los que allí nos congregábamos. Interesante los momentos electrónicos 100% entre canción y canción que hacían a la pista del stage transportarse a la mejor disco de los 80 o 90… y momento estelar, eso sí, cuando escuchamos «Ni tu ni nadie«, erróneamente conocida como la canción de mil campanas… pero que bailamos y saltamos como verdaderos endemoniados.
«Mil campanas suenan en mi corazón, que difícil es pedir perdón , ni tu ni nadie, nadie puede cambiarme… » – Fangoria
Y aquí ponemos punto y final a nuestra experiencia en la segunda edición de enOrbita. Agradecer a la organización el trato, la disponibilidad y el haber conseguido realizar en tan solo dos ediciones un evento de estas características. Eso si, apunten, el año que viene nuevo emplazamiento, que este ha vuelto a quedarse pequeño 🙂
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