Es una obviedad que la entrada del frío y rudo invierno ha hecho que nos pongamos nuestra abrigo clubbing y dejemos atrás nuestro maratón de festivales y open air estivales. Ambas formas de disfrutar de la electrónica totalmente válidas y enriquecedoras nos dan el impulso necesario para continuar con nuestra etapa por los Países Bajos, empujón que es doblemente bienvenido cuando se interconectan ambas fórmulas en este áspero invierno.

Hablar de Reaktor es engalanarnos con nuestros mejores trajes de guerra para ser artífices de una bacanal de sonidos ásperos, industriales y sin margen al respiro. Su concepto está más que instaurado por estas latitudes y muestra de ello son los incontestables sold out cada vez que organizan un evento: entrada la primavera el Unpolished (ver crónicas), adentrándonos en el verano el Katharsis (ver review), su grano de arena en el ADE (ver crónica) y ya en territorio germano el dominguero PollerWiesen (ver review) . Todos los citados con una alta demanda tanto para el público holandés como por ejemplo con el italiano y español que aprovecha que normalmente sus eventos son de dos capítulos para planear un vuelo y pasar un pedregoso final de semana por estas amplitudes.

He aquí cuando entra en escena el poder empresarial y el concepto de si algo funciona porque no expandirlo. Por ello han creado otra nueva criatura que llegó al mundo los pasados 30 de noviembre y 1 de diciembre. Nos atreveríamos en determinar que es la piedra angular que faltaba para completar el círculo ya que se ha celebrado ya adentrado el otoño-invierno ha “sólo” 4 meses de celebrarse el Unpolished 2020. En otras palabras: cada 4 meses toca Reaktor.

Encadenando con lo descrito en el párrafo anterior si algo marcha como la seda no hay necesidad de modificarlo por lo que de nuevo el lugar elegido para esta efeméride fue el fastuoso edificable al oeste industrial de Amsterdam, les hablamos del Warehouse Elementenstraat. Si sus paredes hablasen es más que probable que la economía del país se viese alterada.

VIERNES

Puesto ya en faena nuestro 1º capítulo transcurrió durante la noche del viernes 30 de noviembre. Indicar los leves problemas de acceder al recinto por una mala planificación en el número de personal de seguridad dispuesta para las personas que sólo tenían entrada para el viernes y para aquellos que lo hacían para todo el fin de semana que se tradujeron en una larga cola pero que fue solventada rápidamente. Todo está historia se desplegaba en tres stages: el principal donde actuarían los artistas más afamados, el stage dos orientado a aquellos más aguerridos y contundentes y un tercer escenario ideado por los mismos organizadores y donde ellos mismos colaborarían con su granito de arena.

Nuestra toma de contacto era obvia, de cabeza al stage dos para ser artífices del alienígena Anthony Linell. Destreza sutil y de quilates, directamente en nuestro top 3 tanto como dj y como productor. Por desgracia esta vez no llego a transportarnos a las lunas de Titán y pensamos que fue porque no se adaptó al concepto industrial de esa noche: su historia quedó en un querer y casi poder, quiso embaucarnos con su repertorio de sonidos hipnóticos y minimalistas propios de fiestas clubbing y aderazadas con pinceladas más ásperas y cortantes pero que no llegaron a cuajar. Un artista como pocos, mejor dicho ÚNICO pero que esta vez se quedó a caballo de dos conceptos sin una conexión solvente.

Acto seguido nos desplazamos al stage uno donde la dupla Blawan y Pariah con su pseudónimo Karenn hizo acto de presencia. Actuación en vivo, techno improvisado de altas esferas y conjunción perfecta a manos de sus sintetizadores digitales con filtros analógicos. Sonido modular digitalizado pero sin ápice al respiro; sin duda lo mejor de la noche gracias a la contundencia gravitacional que nos otorgaron. Resaltar el excelso sistema de sonido de esta sala con sistemas Funktion-One tanto a derecha como a izquierda y repartidos adelante, en medio y atrás del habitáculo.

Tanto fue el nivel óptimo del sonido que decidimos quedarnos para la actuación del alemán Kobosil, aclamado allí donde va gracias a su propuesta hardtechno con ápices industriales y sin pocas pausas para la tregua pero que en nuestra opinión carecen de progresión y consistencia. Somos de dureza sonora pero entendiendo la historia contada desde el principio, no desde el final.

Por ello a mitad de su sesión nos desplazamos al stage dos para sentir el directo del efervescente Vladimir Dubyshkin y del set del estadounidense D.Dan. Si bien el ruso es conocido por sus innumerables producciones teníamos especial expectación en verlo: live vertiginoso, acelerado y transgresor ; artista de la nueva vertiente donde lo importante no es centrarse en un solo estilo, sino que la combinación de muchos en su justa medida y en el momento perfecto dan como resultado una propuesta enérgica y rebelde: techno industrial, acid, EBM o incluso sonidos gabbers de hace unas décadas reproducidas por esas míticas raves londinenses. Sin querer desmerecer menos, el set del norteamericano D.Dan fue totalmente kryptónico: quien entró en esa sala salió sin fuerzas tras el set techno industrial ligeramente acelerado que nos propuso. Tanta energía quemamos que el cierre en la sala uno de Dax J fue meramente presencial para nosotros ya que no propuso nada en especial. La cama nos aguardaba y de qué manera.

SÁBADO

Despertamos y nuestros gemelos lo notaron. Fueron muchas energías las que quemamos la noche anterior, pero somos de otra pasta y más sabiendo el cartelón que nos tenían esbozados los buenos de Reaktor. Nuestra entrada se produjo a eso de la 1 de la noche: teníamos especial interés en ver el set en formato live del sueco Jonas Rönnberg bajo su alias Varg: propuesta arriesgada, llena de muchos pausas y repleta de estilos. Asombro al escuchar temas de hip hop con tracks puramente hardcorianos y no, no era Catsman quien estaba bajo a los mandos aunque poco faltó.

No llego a coagular y la sesión del maestro oscuro Don Oscar Mulero la esperamos si bien cabe con más ahínco. Describir lo de este hombre se queda a veces corto, puede parecer que lo tenemos en un pedestal simplemente porque es “Mulero” pero no, al César lo que es del César y si es una auténtica estrella del firmamento, es por su total profesionalidad con todo lo que hace. Set de menos a más, mezclas inigualables y un saber meterse al público en el bolsillo que nadie más puede hacerlo. Sus ritmos atmosféricos son los sueños húmedos de muchos jóvenes.

La transición al siguiente artista fue meramente simbólica y Luke Slater bajo su alias más influyente Planetary Assault Systems nos mandó directamente a la estratosfera. Su directo no dejó títere con cabeza y el bombo y platillo se hizo notar, todo bajo su inconfundible toque de loops espaciales. De lo mejor de la noche, si bien cabe nos resultó algo repetitivo tras su paso por el Draaimolen (ver review) y que puestos muy estrictos diríamos que ambos lives tenían muchas semejanzas.

En este justo momento la noche se transformó en una etapa de triatlón ya que sin margen al respiro nos dispusimos a bailar la última parte de este peregrinaje pero en otras especialidades electrónicas. Por ello nos adentramos en el stage dos donde la sueca SPFDJ directamente hizo saltar por los aires al soberano. Con una proyección que promete ser meteórica, es la viva imagen de lo que se nos avecina dentro de la escena: juventud, energía y manual de instrucciones tirado a la basura. No intenten acertar con ella porque seguramente perderán, su set es muestra de la improvisación y de transmitir al público lo que precisamente quiere en ese momento el público: nada de traer estudiada la materia y un homenaje al arte de improvisar y no ceñirse en un único género electrónico: hardtechno, acid, EBM, gabber, trance. Todo tiene cabida con ella y toda la legión de fieles seguidores que ha reclutando merecidamente ha sido gracias a su buen hacer.

Para cuando le tocó el turno del germano Inhalt Der Nacht la sala era una nave nodriza que iba directamente al estrellato solar. El residente del berlinés Griessmuehle giró un poco más la tuerca y nuestras últimas fuerzas se esfumaron con él. Mezcla de sonidos hardtechno propiamente escuchados hace unos años y mezclado con el tan actual EBM que, por poner un pero, tanto no nos gusta pero tampoco nos disgusta.

Sin tiempo al respiro nos dirigimos al cierre en el stage uno a manos del islandés Bjarki pero todo el pescado estaba vendido y simplemente nos dejamos llevar en bailes más pausados de su sesión especialmente creada para la ocasión con unos últimos minutos finales ya sobre las 9 de la mañana donde la luminotecnia y un techno tronador tuvieron una simbiosis perfecta como guinda a este ultramaratoniano pastel cocinado por Reaktor.

Sin duda un perfecto fin de semana que disfrutamos. La fórmula de aunar los sonidos más rudos del techno, reuniendo los artistas más consolidados junto con los más efervescentes del momento y todo ello en doble pase nocturno, hacen que esta ecuación sin lugar a dudas tenga un claro sinónimo de ÉXITO.  En estas últimas líneas quisiéramos agradecer de corazón el trato exquisito de Jort Schenk, por nuestra parte esperemos que nuestras relaciones sigan igual de consistentes ya que es de aplaudir los eventos de tanta calidad organizados. No queremos olvidarnos tampoco del trabajo de Arthepine traducido en los vídeos que hemos añadido a esta review.

Cojan el calendario del 2020 que en estos días les darán en su restaurante chino de confianza y señalen en rojo esta fecha: 6 y 7 de Marzo. Unpolished 2020, un nuevo Godzilla se acerca.

Autor: Alonso Vivas