Antes de empezar a contar la experiencia, los sets y los momentos vividos en Barcelona he decidido unificar los pros y los contras del festival, ya que al ser el primer año que traspasan las fronteras catalanas y se abren al público internacional pueden ser de gran ayuda tanto para aquellos curiosos desorientados, como para organizadores, que verán la humilde y neutral opinión de una apasionada de este mundo.
Cosas a destacar:
-LINE UP insuperable, a la altura de pocos en Europa.
–Público espléndido. Una media de 35 años, educado, entregado y respetuoso. De esto que podrías haber dejado la chaqueta apoyada en la barandilla toda la noche y encontrarla al salir.
– Localización inmejorable. Utopía 126 ha pasado a la lista de lugares que ver antes de morir. Vanguardista, oscura, bien acondicionada. Repleta de arte contemporáneo. Buen sonido y buena distribución, sin lugar a dudas una de las razones por las que volvería a recorrerme 600km.
-El sonido de “The Loft” en Razzmatazz. IMPRESIONANTE. Y cuando digo impresionante, me quedo corta. Line Array de L- Acoustics, perfectamente posicionado, limpio, puro e intenso.
Cosas a mejorar:
-El sonido de la sala wolf: demasiado orientado a los conciertos y poco a los sets. Perfecto para Die Selektion, malo para Parrish Smith. Metálico, desaliñado, y muy enfocado a la parte trasera de la pista.
-El precio de las consumiciones. Excesivo. 5 euros la cerveza, vaso de caña en Razzmatazz, Tercio de Budweiser en Wolf y vaso serigrafiado en Utopía 126. Las copas 10 euros y el agua, otros 5. No había bono copas ni posibilidad de no dejarse un riñón.
–Comunicación entre clubes: entendemos que al ser ubicaciones diferentes las reglas, el personal y la organización también lo sean. Pero dejarnos sin ver el concierto de D.A.F. a algunos rezagados no tiene perdón de dios.
Empezamos la crónica.
Hace ya 5 meses que descubrí el festival. Un festival diferente, innovador, vanguardista y sobre todo oscuro. Comencé a investigar un poco sobre sus orígenes, pues era raro que apareciese de la nada y arramplase con todo sin tener un mínimo de experiencia o recorrido en el sector. Y ahí lo descubrí. Ni eran nuevos ni eran inexpertos: estábamos ante la unión de dos grandes de la escena catalana, el sello musical Oráculo Records y We Are We.
Al más puro estilo Sónar dividieron el cartel en 2, Ombra by Day y Ombra by Night, pudiendo acceder por el día o por la noche, viernes sábado, o ambos días.
El line up, único en España. Mi más sincera enhorabuena a ese booker que fue capaz de mezclar local, nacional e internacional. EBM, industrial, Cold Wave, y Post Punk creando esa imponente obra que rezumó maestría a borbotones.
Philipp Strobbel, capo de Aufnahme, los jovencísimos Imperial Black Unit, el genio Kris Baha, los puros Die Selektion, los sensuales Years of Denial, el creador de L.I.E.S. Ron Morelli… descríbeme con un cartel y aquí tienes la respuesta.
Pero si indagabas un poco más dentro del line up, encontrabas nombres que no suelen aparecer en festivales. Y muchísimo menos en España. Los artistas por los que nuestros artistas pagarían por ver: Trisomie 21, D.A.F., Pankow…
Cold wave, dark Wave y Postpunk unido al abrasivo EBM que tanto nos gusta: los ingredientes perfectos para el triunfo en un lugar en el que la variedad atrae, y lo desconocido fascina: Barcelona.
Fuente: Carol Xrln
Empezamos el viernes noche, ni los astros se alinearon para que pudiese salir antes de la oficina ni los 600km que nos separaban se redujeron por mi prisa. Eran las 22h y nuestro coche entraba en la ciudad condal, llegando con mucho retraso a recoger la acreditación.
Aparecimos en la puerta de Wolf pasadas las 11; pocas caras conocidas y muchos idiomas identificados; esa fue la primera toma de contacto con el festival: disfrutaríamos entre un gentío internacional, adulto y muy extravagante.
Dominaban los flequillos cortos, los rapados, las pieles pintadas y las crestas punkis. Los tintes colores fantasía, y vestimenta color azabache. Tacones en tobillos de enormes chicos en los que lo que menos destacaba, eran los pies. El típico público que todo el mundo quiere para su club, de ese que no pasa desapercibido un martes a las 3 de la tarde en cualquier metro del mundo que no sea el de Berlín. Pureza, esencia, y personalidad.
Fuente: Carol Xrln
15 minutos fueron necesarios para solucionar el problemilla de la acreditación, y tras un cigarro y una última ojeada nos adentramos en el excéntrico Wolf, la antigua sala Sr. Lobo, club de rock de 600m2 totalmente renovado y acondicionado para transformarse –según google- en una discoteca de música comercial.
Die Selektion provocaba un repentino cambio de luces al poco de nuestra aparición, el intenso burgundy se tornaba azul, y los dos alemanes aparecieron entre el humo. Mesas paralelas, cercanía al público, indumentaria clásica, sin gesticular. Absolutamente nadie de los que estábamos ahí habríamos imaginado a primera vista, viendo la mesura de los artistas que acabarían lanzando agua al público, o arrastrándose por el suelo mientras hacían una recopilación de los temas más importantes de su discografía.
Mientras, la pareja más esperada yacía observando el concierto desde la sombra. Jerome Tcherneyan y la Barkosina Hanusova mejor conocidos como Years of Denial esperaban su turno para terminar los últimos retoques del set up. El live daba comienzo y los eróticos movimientos de Barkosina subida en la pequeña tarima auguraban lo que viviríamos a continuación: el set más sensual de todo el festival.
Voces monocromáticas al son de arpegios y ritmos repetitivos provenientes de un rostro inexpresivo, penetrante y muy lascivo. Un viaje astral a lo más profundo de nuestro ser. La ecuación perfecta para hacer un recorrido por todos nuestros miedos, mientras cada bombo rozaría cada una de nuestras heridas.
Aún en shock por lo que habíamos vivido salimos fuera, y de nuevo ese peculiar público ocupaba la acera. Ni un grito, ni una voz más alta que otra. Serenidad, entereza y sensatez: todos veníamos a lo mismo y nadie iba a estropearlo.
RNXRX comenzaba su correctivo emocional en formato LIVE con una frescura industrial perfecta para el momento en el que nos encontrábamos. Una hora de arquitectura sonora que quedó truncada con la llegada de Univac, y su electro por bandera. Momento en el que aprovechamos para descansar hasta la llegada del gran protagonista de la noche.
Con más de media hora de retraso por los continuos cambios de set ups, Parrish Smith entraba en batalla. Agresividad, macarreo y dinamismo en una sesión que fluyó desde el techno más diabólico al trance más demente. Parrish demostró una vez más su pericia a los platos cambiando los tracks rápidamente, dejándonos atónitos y rompiendo todo esquema musical previsible. Quien ha podido disfrutar de él en algún momento sabe perfectamente de lo que hablo.
Ombra By Day: Utopía 126
El mariposeo de nerviosismo e inquietud se apropiaron de mi cuerpo al levantarme, un desparrame de sentimientos de emoción que quedarían grabados para siempre en mi retina: por fin veríamos uno de los emplazamientos más brutales que recuerdo desde que tengo uso de razón.
Según nos contaron, Utopía 126 era un proyecto de doble actividad: un espacio de producción publicitaria y cinematográfica y una fábrica modernista donde se acogían proyectos audiovisuales de carácter cultural y artístico. Pura vanguardia prácticamente virgen, pues sería el primer festival que esas paredes darían cobijo.
Allí estaríamos hasta aproximadamente las 23.30, recorriendo cada uno de sus rincones y explorando lo más profundo de su ser. Televisores abstractos, frases proyectadas en cada pared, zonas de descanso directas al inframundo… probablemente el infierno se asemeje a este emplazamiento, pero lo que os puedo asegurar es que pocas veces he estado así de cerca del cielo.
Fuente: Carol Xrln
Tras recorrer cada centímetro de ese lugar nos adentramos en la Operator Stage. Sala que da nombre a una famosa radio holandesa que (thanks god) grabó todo lo que pasó por sus manos. No sé si lo anunciaron o no, pero la grandísima sorpresa que me llevé al verlo no se paga con dinero.
Kris Baha nos daba la bienvenida con media hora de retraso que a día de hoy sigo agradeciendo (pues me habría perdido, valga la redundancia, uno de los imperdibles del festival). El australiano reflejó una personalidad que pocos artistas tienen el orgullo y la capacidad de exhibir, mientras nos obsequiaba con un desparrame de sintes modulares, beats futuristas, ritmos en clave experimental y EBM. La sala estaba plagada de oídos expertos que no quisieron perderse esta sinergia máquina-hombre, y durante 1 hora, no cabía allí, ni un alfiler.
Los príncipes del EBM aparecían en escena dejando bien claro por qué se han convertido en todo un imprescindible de la familia de Aufnahme. El B2B protagonizado por Templr y Lapse of Reason conjuntamente conocido como Imperial Black Unit comenzó su directo más representativo, concediéndonos una hora y media de elegancia que quedó truncada, a mi parecer, por esos parones entre temas que tanto acostumbran a hacer.
https://soundcloud.com/operator-radio/imperial-black-unit-ombra
Tocaba desalojar la sala Operator e ir por primera vez al Ombra Stage, el más grande de todos. Allí nos esperaba The Brvtalist. El escritor, promotor, DJ y creador de la famosa plataforma de podcasts New Brvtalism nos envolvió durante dos horas en una relajada atmósfera tétrica y lúgubre, de voces afables y ritmos llenos de hipnotismo. Los visuales fueron un gran punto a favor, por primera vez había podido disfrutar de esa sincronía perfecta de música e imagen, quedándome embobada mientras observaba la cuidada propuesta de ideas artísticas reflejadas en esa gigantesca pared. Abstracción, sosiego y armonía que pusieron el broche de oro a la primera jornada del sábado.
Fuente propia
Ombra by night: Razzmatazz
Chaquetas, taxi y a correr. 12 minutos nos separaban de la siguiente localización, y ansiosos por ver que nos deparaba la noche no hicimos ni parada en boxes. Somos jóvenes, enérgicos y apasionados de la música, suficiente para aguantar sin problema hasta que echasen el cierre.
La llegada a Razzmatazz fue, cuanto menos, particular. El conductor del taxi nos dejó en la fachada principal, la de las inmensas y famosísimas letras. Al bajarnos, no sabría describir en que dimensión habíamos entrado. Adolescentes, trenzas, extensiones, uñas de 10 cms, gritos, piercings, leggins con estampados, altavoces portátiles y un gran cartel en lo alto: BAD GYAL. La catalana reina del trap español acababa de terminar su show, y pudimos observar en primicia la representación total de las dos Españas. La jovial imberbe conquistada por esos sonidos bailongos plagados de hi hats, bombos gordos y autotune, y la longeva dominada por atmósferas lóbregas, ancestrales voces y desgarradores graves. Quedó muy clara cual prevalecía al recibir indicaciones en inglés por parte de los porteros, que no reconocieron como españoles nuestros largos abrigos, enormes botas y negro maquillaje. Por fin llegamos a nuestra “parte de la frontera”, y tan rápido nos encontramos frente a la seguridad, las risas anteriores se disiparon: no nos permitieron pasar.
Caras largas y mucho enfado por parte de los rezagados que no recibimos esa extraña pulsera blanca a la salida de Utopía126. Nadie nos informó, y nadie nos lo solucionó hasta pasada media hora. El concierto de D.A.F. se acababa por momentos y la impotencia sacó a la luz muchas decepciones de los que allí estábamos, entre los que se encontraban algunos artistas e incluso la booker de Aufnahme.
La sensación agridulce nos invadió, asique decidimos dar una pequeña vuelta de reconocimiento antes de volver a entrar. Dos salas, dos baños y una portentosa terraza en lo alto de la azotea donde yacían descansando buena parte de los asistentes y, ojo, todos los djs.
Este fue el momento en el que nos percatamos de la importancia de un buen público; ellos se sentían uno más. Un grupo de amigos disfrutando de un fin de semana en la ciudad condal escuchando su música. Hasta Melania, sin pinchar, se dejó caer por allí.
Sobre la 1:30 nos decidimos a entrar a “The Loft”, un sonido estridente, compacto y muy limpio provenía de los L- Accoustic. Mientras Trevor Jackson arramplaba con un noise muy experimental, que nos trasladó instantáneamente a la otra sala. We are not brothers acababa de empezar su live, y apoyados por absolutamente todo el festival rompieron los cimientos de la sala “Lolita” al ritmo del más potente industrial. Estrobos hipnóticos que creaban una sensación de distorsión única. Una película de ciencia ficción en la que pudimos ver los primeros vocales en español y los primeros espontáneos.
Fuente We Are Not Brothers
Philipp Strobbel y Ron Morelli comenzaban a la misma hora, y aunque pudiese parecer una decisión difícil, no lo fue. El espléndido soundsystem de The Loft no pudo competir con la selección musical de un virtuoso del EBM.
Morelli nos mostró un set de techno corriente a medias velocidades, facilón, típico y nada sorprendente. Mientras que Strobbel hizo un recorrido por todos los estilos, variedades, velocidades y contundencia que rodean el siniestro sonido que le caracteriza. Percibimos la esencia pura del sonido Aufnahme perfecto para avivar los sentidos de todos los que disfrutamos esa maravilla hecha set.
Gracias a toda la organización, por cuidar con mimo cada detalle y gracias al festival en sí, por convertirse en el nuevo alma de una escena que se niega a ser común. Hasta el año que viene y todos los que vengan <3