“Let music connect us. Something wonderful will happen”. Con estas bellas palabras, pronunciadas hace unos años por Armin Van Buuren, podríamos resumir como uno de los pilares y puntos centrales por los que los fieles y conocedores de la música trancera consiguen a través de ella el éxtasis musical. Son muchos los géneros que les hemos ido narrando a través de nuestras crónicas y hoy toca centrarse en aquel que llega a reunir más emotividad y sentimentalismo. Conectando emociones, es lo que Armin Van Buuren ha hecho semana tras semana en su excelso ASOT, una de las siete maravillas de la electrónica que durante el fin de semana pasado le tocó de nuevo soplar velas, decimonovena vez, la criatura se hace mayor y deja atrás la pubertad.
Porque hablar de A STATE OF TRANCE no es sólo hablar de música: es un sentimiento único, una manera diferente de plasmar los aspectos positivos que ésta nos genera en nuestras vidas. Los creadores de esta marca han sabido promocionarlo y expandirlo acertadamente traducido en un espectáculo musical que se celebra en todo el globo terráqueo, merchandising puntero e innovador y todo un elenco de feligreses que peregrinan cada año a los Países Bajos organizando sus vacaciones anuales en torno a este acontecimiento.
Puesto ya en faena el acto central de este decimonoveno aniversario se celebró en el mastodóntico multicomplejo de Jaarbeurs, en la ciudad pintoresca de Utrecht, la Utrera Holandesa de la vertiente centroeuropea. El lema elegido para esta ocasión no podría ser más acertado: “let the music guide you” o lo que es lo mismo: deja llevarte por estas emotivas ondas sonoras y plásmalo en tu vida real. Sin lugar a dudas un evento de estas características sólo es visto por estos lares: todo a lo grande y meticulosamente organizado, 35000 fieles recreándose en este gigantesco complejo, el cual podríamos catalogarlo como una ciudad indoor autosuficiente: cinco áreas de música, zonas para el descanso, llenar el estómago, aseos, zona de 1º auxilios, lockers, puntos de información, zonas acomodadas en todos los stages para que las personas con alguna diversidad fucional pudiesen descansar, gran cantidad de personal de seguridad y organización y sobretodo el público, gente risueña y venida de todas partes del mundo y con ganas de darlo todo. En definitiva, todos los ingredientes necesarios para que un festival de estas características se quede marcado en tu radiografía musical.
Nuestra entrada al recinto tuvo su acto entorno al ocaso del sábado al domingo. Facilidad para acceder gracias a un acceso especial para prensa y un locker gratuito para depositar nuestras pertenencias. Para esta ocasión el número de atmósferas fueron cinco, intercomunicadas todas ellas pero que a diferencia del año pasado se separaban en dos grandes áreas que generaba un cierto corte en el ritmo de baile al tener que caminar unos cinco minutos entre ambas distancias. Compuesto por el escenario principal “Mainstage” donde la premisa era el trance de artistas más renombrados, pasando por el stage “Psy” con una vertiente psicodélica bastante comercial, un escenario para las nuevas estrellas emergentes llamado “Road To 1000″, una delicatessen llamada “Progressive” con sonidos frescos y cristalinos y el escenario “Who´s Afraid Of 138?¡”, en el cual se respiraba el trance más melódico y con el synth más contundente.
Mencionar la puesta en escena en cuanto a la luminotecnia y al sistema de sonido. En esto es en lo que difiere un festival de estas características a cualquier otro. Mezcla de luces, atrezzo y sistemas Line-Array dispuestos en perfecto equilibrio en todos los escenarios. Nada de condensación con los elementos indicados, sino más bien una perfecta combinación de ellos que tenían como resultado un aumento de la calidad del set del artista.
Directamente nos dirigimos a este último para ver el set de Solarstone. Hablar de Richard Mowatt es colocar una alfombra roja y aplaudir su exquisitez y emotividad en cada una de sus producciones. Trance de toda la vida, melódico y emocional, poros de la piel en éxtasis y mención especial a temas como el Seven Cities o el Existence que fueron reproducidos ante un público entregado a esta leyenda.
Sin acto para el respiro nos dirigimos al stage Progressive, el más pequeño pero más generoso en cuanto a acústica. Sin duda este género está repuntando de nuevo, cosa que a nosotros no nos sorprende. Siempre hemos estado al tanto de productores de la talla de Eric Prydz o John 00 Fleming y que los catalogamos como precursores de esta variedad electrónica al cual han sido muchos los que se han ido sumando, muestra de ello es el holandés Estiva. Además son muchos los festivales que apuestan por este género, muestra de ello el tan renombrado Ozora (ver crónica). ¡ Y vaya set señorxs¡ Tempo disminuido en bpm´s, notas más deep y melodías, muchas melodías y mashups vocales con un swing más lineal que el trance clásico. Piel de gallina con el remix de Sweet Disposition y que nos dejó embaucados para seguir en este escenario para ver el set del escocés Grum que empezó en la línea de su antecesor pero que lo fue transformando a un trance más housero y comercial lo que nos hizo abandonar el escenario a mitad de su set.
Teníamos mucha avidez en hacer acto de presencia en el stage principal y no nos defraudó: gigantesco, escenografía sin igual y sonido envolvente y óptimo. Para más inri lo disfrutamos con el set de Aly & Fila. Fue el set de la noche y no nos sorprendió: música celestial, con alma, melodías infinitas y a la vez contundentes; un océano de emociones que nos recorrió cuerpo y mente con estos sonidos tan emotivos y cuyo subgénero dentro de trance se llama Uplifting y que muestra todo el potencial emotivo que tienen estas hondas. Sinceramente se nos hizo corto pero nos dejó marcado su sesión y fue un puro chute de endorfinas que nos catapultó a ir apresuradamente a ver el cierre del segundo acto de Armin Van Buuren en el escenario Who´s Afraid Of 138?! del cual sólo pudimos degustar veinte minutos del set pero con temas como el remix del In And Out Of Love; premio merecidísimo a tan apresurado trayecto.
He aquí donde se nos generó un pequeña indecisión ya que elegimos el stage Psy para ver cómo se las gastaba Simon Patterson pero que no llegamos a cuajar ya que en nuestra opinión, siendo una crítica constructiva a éste subgénero en sí dentro de los festivales trance y no al arstista en concreto, peca de un psycodelic demasiado monótono y poco elaborado. Esto se agiganta más si cabe si les decimos que somos seguidores de los géneros del psytrance más oscuros y contundentes, por lo que decidimos volver al escenario Who´s Afraid Of 138?!
Les confesamos que era el set que más esperábamos y no nos defraudó. El bueno de Richard Durand dispuso de todos los ingredientes para una celestial y contundente historia: energía, contundencia, elaboración en las mezclas, subidas y bajadas en su correcto momento y sobretodo una selección de temas de puro quilates: tema de la noche para su épico Save You que hizo que bailásemos hasta agotar todas nuestras energías.
Sin casi un gramo de fuerza volvimos al stage principal y fuimos testigos en la lejanía del nuevo Live que ha elaborado el italiano Giuseppe Ottaviani en su versión 3.0 con temas elaborados in situ y con la disposición de los dos teclados y la caja de ritmos más elevados para una mayor conexión con el público y que raudo una energía de muchos quilovatios.
Perfecto broche de diamantes para una noche para el recuerdo. Mencionar una premisa muy especial de este tipo de festivales y es su público: de todas las edades, nacionalidades y con una única premisa: bailar pero hacerlo emotivamente. Gran antesala para lo que nos espera el año que viene: el A State Of Trance 1000, PALABRAS MAYORES. Aun sin una fecha concreta en el próximo 2021 pero que sin lugar a dudas va a ser un acontecimiento sin precedentes y con toda la pinta de que será algo único y sin calificativos. Queríamos resaltar que todo este éxito transformado en asistencia y popularidad es gracias al buen hacer de la colaboración conjunta de Armada Music y Alda Events con mención especial a Branka Maksimovic por su total confianza y facilidades que nos han otorgado, por segundo año ya, el poder realizar con total garantías nuestro trabajo y transmitirle con todo lujo de detalles este espectáculo a nuestros lectores.
Se inicia la cuenta atrás para el episodio 1000 y nosotros estaremos allí para contárselo porque el Trance es vida y la vida hay que bailarla.
Autor: Alonso Vivas.