Hoy les traemos la crónica del festival de electrónica underground más importante del año en La Haya. Sus creadores, los chicos de District25, cada vez tienen más monopolizada esta ciudad, a juzgar por sus incontables eventos servidos (ver). Prueba de ello son sus ya famosas fiestas a pie de playa (ver), las que hacen en un warehouse que rehabilitaron para tal efecto (ver) o su residencia, los viernes, en la sala Het Magazijn, nuestra favorita de la antigua capital de Holanda. Hablamos de The Crave, uno de los open air más aclamados del país, sobre todo por sus fechas, siempre antes del verano, cuando la gente está deseando disfrutar el buen clima que ya, por fin, se empieza a notar por estas latitudes.
El pasado sábado 1 de junio se nos presentaba un día perfecto, soleado, para abordar un festejo 100% outdoor, ya que dispone de cuatro escenarios abiertos: The Crave, el principal y mejor dotado, el Resident Advisor, orientado hacia sonidos frescos y bailongos, el Intergalactic FM, acogiendo el showcase de Bunker Records, y el Pip Den Haag, donde el house y el disco serían la banda sonora. Desde hace tres ediciones, el emplazamiento elegido es el Zuiderpark, pulmón del distrito sur de la localidad. El recinto se distribuye en torno a su lago central, y como bien imaginan, el verde del césped y los árboles redondean una estancia más que agradable.
Nuestra primera oteada fue en la carpa de Resident Advisor, motivados por un back to back sin precedentes, el de Juan Atkins y Egyptian Lover. Efectivamente, el mismísimo creador del sonido ‘made in Detroit’, junto a un tipo peculiar que cada vez lo vemos más en cartelería. Sabíamos de antemano que el resultado de esa unión no nos iba a gustar, pero al menos vimos un rato al generador de todo esto, en un stage que no destaca especialmente por nada, pero al menos, era el único en el que te podías refugiar un poco del sol, que a esas horas pegaba fuerte, gracias a su cubierta de uralita alargada, a modo de bóveda de cañón, bajo la que queda buena parte de la pista de baile.
Muy poco les podemos contar del stage Pip den Haag, cuya denominación corresponde con la del club que albergó el after oficial, del cual les hablamos más abajo, ya que apenas vimos el relevo entre DJ Python, quien despacharía su nuevo live, y el capitalino Tom Trago, un artista muy solicitado por estos lares. Sí que les contaremos más sobre el escenario principal, sobre el cual pasamos la mayor parte de nuestra expedición. Allí presenciamos cómo Claire Morgan cerraba su set con un último tema para enmarcar. Afortunadamente, tendríamos la ocasión de verla más tranquilamente luego, en el afterparty.
Esta main area contaba con varios containers, a modo de cubículos abiertos, sobre los que se situaron distintas cabezas móviles y láseres, generando visuales espectaculares cuando empezó a caer la tarde. En medio, la cabina se corona con otro techado curvo de chapa, como si se tratase de un hangar. Su soundsystem se dispuso sobre algunos containers, y nunca dejará de llamarme la atención el buen sonido que produce con tan reducido tamaño. Allí dio lugar la mejor actuación del envite, la del holandés Talismann, un productor soberbio que nos puso en órbita con su directo, soltando temazos como “El Abuelo”, “Mars Wars” o “Germany”.
Acto seguido, el omnipresente DVS1 cogería los mandos de la nave y, pese a que le tenemos mucha estima, lo cierto es que, esta vez, nos dejó un tanto fríos. Sesión demasiado lineal, sin subidas ni sorpresas, por lo que el norteamericano pasó sin pena ni gloria por la mejor cabina del festival. Dadas las circunstancias, nos pasamos por el stage Intergalactic, donde ni Cosmox primero, ni el live de Gestolen Cirkel, terminaron de convencernos, por lo que terminamos volviendo al principal, donde nos esperaba el closing de una de las viejas glorias del techno.
No referimos a Len Faki, comandante del label Figure, uno de los platos fuertes del menú. Pese a unos inicios bastante empalagosos, en los que se adornó demasiado, poco a poco fue dándole la vuelta a la tortilla, recobrando su sello de identidad, es decir, bombos secos y solidez en el discurso musical. No obstante, su set fue el que mejor sonó, la calidad de su selección quedó fuera de toda duda. Por otro lado, Helena Hauff se encargaría de cerrar el Intergalactic con su electro-techno espacial, cada vez más en boga dentro de la escena. La germana, definitivamente, se ha hecho su hueco, ya no nos sorprende su presencia en line-ups de nivel.
La fiesta de clausura daría lugar en el Pip, que responde al acrónimo ‘Place In Progress’, toda una declaración de intenciones. Nada menos que cuatro salas operativas para la ocasión, una de ellas al aire libre, el Garden, situada sobre el gran patio que circunda el edificio y que también funciona como zona de fumadores. Justo a la derecha de la entrada, nos encontramos con el Bunker, donde escuchamos brevemente a Gamma Intel & 543FF antes de entrar al grueso principal del asunto, dentro del área del Bar y el Spiegel, una especie de doble sala separada por un tabique, pero bien aisladas acústicamente.
A los platos, el emergente Lenson, uno de nuestros pinchadiscos locales preferidos. El neerlandés realizó un warm up muy ecléctico en el que tocó varios palos, desde EBM hasta wave, bien en las transiciones, algunas de ellas a vinilo. Sin embargo, un equipo de sonido aún a medio gas, nos impidió disfrutarlo como es debido. A continuación, por fin pudimos escuchar a Claire Morgan en su territorio predilecto, en los adentros de un club, siempre más apropiado para escuchar estas cadencias que un open air de día, como bien pudimos ratificar este fin de semana. La teutona no mostró ninguna muestra de cansancio, cortando varios metros de tela, aprovechando perfectamente el tiempo que se le dio.
No obstante, la medalla de oro del after sería para Ekman, un excelso productor de acid que incendió el Bunker con su live, cada vez más aclamado en el viejo continente. Los sonidos ácidos vuelven a estar de moda. Este veterano holandés ha conseguido elevar su prontuario, hasta alcanzar una calidad de graves y beats pocas veces vista en estas ligas. Más tarde, DJ TLR no terminó de engatusarnos, por lo que decidimos cerrar la jornada con Van Anh, líder del colectivo Isotoop, otra que nunca defrauda. A la asiática la conocemos de sobra, ya que ha pasado por muchas cabinas de esta nación.
En la otra sala adyacente, DJ Python, DjRUM y Gustav Goodstuff expidieron un repertorio más melódico y templado, por lo que apenas pisamos dicho floor. A esas horas, el cuerpo nos pedía más bacalao. Así pues, excelente after el que se nos brindó por el Pip, una sala de múltiples posibilidades que bien merece otra visita. The Crave ha logrado expandirse, ya no se trata de un simple festival matinal. Su evolución exponencial ha florecido hasta el punto de ofrecernos un extenso programa de viernes a domingo, con cierre en la playa incluido. Gracias, una vez más, a Lex Rutjes por darnos la oportunidad de participar en su gala.
Autor: Pablo Ortega