- Texto: Luis Gallego y Manuel JP.
- Fotos: Fran Ortiz.
Cómo viene siendo habitual, una delegación de Grow Sound Mag, se volvió a desplazar hasta la sala Industrial Copera de Granada para cubrir uno de los eventos mas importantes de la agenda electrónica del club para esta temporada.
Se celebraba la víspera del día de Andalucía, y que mejor forma para hacerlo que con uno de nuestros artistas mas internacionales, hablamos, no cabe duda, de Paco Osuna. Este sería acompañado por la ucraniana Nastia, y orquestando los primeros compases, el residente Junior.
Como era de esperar, la respuesta del público ante la magnitud del evento no se hizo de rogar, con el cartel de sold-out colgado días antes sabíamos que no sería una noche cualquiera. Para esta ocasión nuestra llegada a las inmediaciones de la sala se produjo algo antes de lo normal, el buen tiempo acompañaba y muchos amigos nos esperaban. Tal y como esperábamos la calle se encontraba abarrotadísima desde el primer momento, llena de gente con muchas, muchas ganas de fiesta. En general encontramos un público con una media de edad algo mas joven de lo que suele ser habitual, posiblemente sea a que gracias a los ritmos mas bailongos de Paco Osuna, sean muchos los jóvenes que empiezan a conocer algo de los sonidos mas sintéticos que se mueven en la noche.
Decidimos entrar rápido, colocarnos la pulsera y evitar cualquier posibilidad de cola. Nada mas entrar notamos como la sala se había vestido de gala para la ocasión, nueva vuelta de tuercas al despliegue lumínico, digno de Industrial Copera (nos parece poco ético compararlo con otra sala, cuando ésta es referencia ahora mismo) y con un sonido que, durante toda la temporada, lo habíamos escuchado potente, nítido, cristalino y con unos bajos que te peina hasta el vello más oculto de tu cuerpo. Desde primera hora la pista tenía una muy buena pinta, sin embargo, la entrada masiva no se produjo hasta algo más tarde, de nuevo, síntoma de un público joven que está empezando a conocer la cultura de club. Nos hacemos con unos tickets y nos centramos en lo verdaderamente importante, la música.
En reiteradas ocasiones hemos hecho mención a la importancia de un buen warm up, pero es que Junior volvió a superarse. Sabiendo en todo momento lo que aún quedaba por delante nos estaba deleitando con un Techno bastante potente, sin demasiadas florituras pero haciendo de la pista un hervidero desde el primer momento. Largas transiciones con bombos que castigaban nuestras sienes continuamente, enlazando correctamente y controlando la situación. Para los últimos momentos de su set se desvió hacia ritmos mas deep, momento clave cuando hizo sonar el tema de “Maceo Plex – Conjure Superstar”. Sin mas, felicitar por dicho set, sin duda estamos disfrutando de la mejor versión de Junior.
Pasadas las 2.30 hizo aparición en cabina Nastia, luciendo una gorra cual capitana y es que esta chica sabe bien como manejar y llevarse la pista a su terreno. Subió la intensidad respecto a su antecesor Junior y empezó a mostrarnos su particular versión del Techno. Set lineal que no monótono, hizo uso constantemente de los sonidos propios de la caja de ritmos, que para algunos, un servidor incluido, hizo las delicias de la noche. Un discurso mas que elegante, con pequeños toques ácidos, y profundos y contundentes bombos, que todo el público no llegó a entender, ya que para muchos lo importante era el baile y no el mensaje. Esperamos que Nastia regrese pronto, esta chica tiene mucho que contarnos.
Despedimos a Nastia entre aplausos y el plato fuerte de la noche se hacía con el mando de la nave, con su típico chupa-chups y la nueva Model1 para orquestar, Paco Osuna comenzaba su recital. Lo de este artista ya es otra historia, con su semblante serio y siempre fijo en su multitud de cacharros, hay que reconocer que su calidad en el arte de mezclar es inusual. Solo le hizo falta una pequeña intro para poner a toda la pista de Industrial Copera del revés, el resto, es historia. Fiel a su estilo desplegó todo el arsenal de largas subidas cargadas de efectos y loop eternos que culminaban en bombos que hacían vibrar cada parte de la sala. La pista era una olla a presión, nadie era capaz de parar de bailar, así durante las dos horas y medias de su set, que como si de un loop en su Mac se tratara, estuvo lanzando bombas directas a la pista.
Muy a nuestro pesar llegaba el fin de la noche, de una mágica noche, Paco Osuna se despedía entre ovaciones y con la súplica por parte del público de Industrial Copera de un tema más, que como era de esperar, dejó caer. Terminaba así uno de los eventos que marcan la temporada, sin más felicitar a Industrial Copera por su gran trabajo, por superarse continuamente y por hacer de esta sala, nuestra casa.
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