Antepenúltimo fin de semana del 2016 y no queríamos dejarlo pasar sin pena ni gloria, por ello pusimos el punto de mira en la Sala Cosmos y es que Teknomania volvía a casa con su fiesta número 21, la misma que estaba encabezada por el norteamericano Kevin Saunderson. A lo largo de la semana previa pudimos ver a través de las redes sociales como las entradas anticipadas iban a muy buen ritmo previendo una noche de otra galaxia. No era para menos, la visita a la capital hispalense de uno de los elementos insustituible del triunvirato –junto con Juan Atkins y Derrick May- del Detroit Techno, se llevaría a cabo en plena celebración de sus más de 30 años de producción musical y aportación a la historia del techno y el House, en los que ha recorrido ya buena parte de los cinco continentes. Un artista muy versátil que ayudó a remodelar el futuro de la música de baile como la conocemos hoy y que nos ha regalado grandes tracks bajo un sinfín de seudónimos en tantos diferentes estilos, Tronik House, Reese Project, Essaray, E-Dancer o la archiconocida banda Inner City responsables de una buena cantidad de himnos inolvidables como el Good Life a la cabeza.
Llegaba el sábado día 17 y empezábamos con la previa a primera hora de la tarde, la Alameda como inmejorable punto de partida para una jornada lúdico festiva que acabaría mejor de lo esperado. Diferentes puntos de encuentro para ir haciendo equipo con unos y otros hasta llegar a la sala Cosmos entorno a la 01:30h. Era la hora punta en taquilla y la cola nos hacía ver que la noche tendría su cosa. Una vez dentro, el artista local Fonsi Arjona sería el encargado de abrir la noche, uno de los activos electrónicos más conocidos de la ciudad tras más de 3 lustros en la escena, el mismo que se presentaba en esta ocasión con su aka Fonome y que venía bajo el brazo con su reciente último EP para Sonidos Distintos, Avra. Primeros tracks de la noche para ir cogiendo sitio en la sala a base de techno con un bajo tempo, pero con profundidad, ritmo y pegada que poco a poco fue haciéndonos dar los primeros bailes de la noche. Un artista que las veces que lo hemos podido ver en diferentes horarios, siempre ha sabido manejar con criterio la hora, por tanto, una primera toma de contacto más que agradable.
Eran las 03:00h y le tocaba el turno al extremeño Integral Bread, recientemente nominado en los Vicious Music Awards en las categorías de Mejor Album y Mejor Artista Tech-House/Deep House, una vez más dejo claro que pocas son las nominaciones a este tipo de premios las que recibe. Nuevamente nos deleitaría con su live, un live que continúa sabiendo a gloria por muchas veces que se escuche, siempre suena algo nuevo, algo diferente. Pocos son los artistas que consiguen tener un sonido propio y él es uno de ellos. Nunca puede faltar ese ritmo progresivo, característica innegable de su sonido, plagado de melodías que obligan a cerrar los ojos y viajar, para hacérnoslos abrir con esa pegada y contundencia que últimamente le está imprimiendo a la mayoría de sus tracks en directo. Sin duda, una de las actuaciones estelares allá donde vaya pues no cabe duda del disfrute del público, siempre en una conexión especial con este artista y la energía que transmite desde la cabina. Una hora que se nos pasó volando, indicativo este de cómo lo disfrutamos.
Finalizaba Integral Bread con el norteamericano Kevin Saunderson a su derecha, eran las 04:00 y algún minuto aproximadamente cuando un caluroso aplauso despidió al extremeño. Era el turno de uno de los padres del techno y sinceramente no sabíamos por dónde nos podía salir, atesorar esa versatilidad que maneja Saunderson nos tenía en vilo, nos podía salir por su amado Detroit, coger camino hacia Chicago o hacer una mezcolanza de ambos. Sus primeros tracks llevaban rumbo hacia la ciudad de Chicago, facilidad de baile y frescor house para quedarse ahí la cosa. Tras este comienzo el norteamericano fue elevando la intensidad del set a base de techno, directo a la pista y subiendo la contundencia, acercándose en muchas ocasiones a lo que desde la capital berlinesa se exporta. Por momentos daba sus latigazos de Detroit, por momentos bajaba la intensidad con temas más melódicos y bailables acompañados de vocales. Una montaña rusa que intercalaba rachas de techno con mucha pegada para dar tregua brevemente, un desarrollo que en cierta medida nos dio la sensación de eternidad durante su set de 3 horas, pero que aun así nos hizo salir de Cosmos a las 07:00h con muy buena sensación.
En líneas generales una gran noche, con tres actuaciones bien disfrutadas por todo el público que se congrego para esta Teknomania completando unas ¾ partes del aforo de la sala.
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